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lunes, 10 de noviembre de 2008

Algunas notas para entender la política exterior de USA hacia América Latina

I. ¿Política Exterior o Política Internacional?

La política exterior es definida la proyección más allá de las fronteras de los objetivos nacionales de un país. Por otro lado, la política internacional es el resultado del enfrentamiento del interés nacional con los intereses nacionales de otros Estados. La política exterior es necesariamente un diálogo, mientras que la característica esencial de la política internacional es el conflicto.

II. Estados Unidos y la Doctrina Monroe.

Durante su creación, los Estados Unidos a través de sus padres fundadores, se entregaron a la tarea de establecer principios fundamentales que les dieran sentido como nación. La evidente claridad en sus bases constitucionales y en sus garantías individuales- sobre la base de libertad e igualdad- fueron determinantes en la configuración de la identidad estadounidense.

En este momento histórico, siglo XIX, Estados Unidos sostuvo una política exterior caracterizada por el aislacionismo político y el proteccionismo comercial. No era necesaria la defensa de la soberanía: sus vecinos eran países débiles y las amenazas se encontraban fuera de su alcance, más allá de los océanos. A pesar de este aislacionismo se fraguó, de manera silenciosa, una política expansionista que tomo como base el Destino Manifiesto- la idea de que Estados Unidos tiene no solo el derecho de expandirse sino también la obligación de hacerlo pues es la voluntad de Dios-.

La idea del Destino Manifiesto se encuentra presente tanto en la relación del gobierno estadounidense con la gente indígena, en sus relaciones con México y con otros países de América, pero sobre todo, en la doctrina Monroe- Las potencias europeas no pueden intervenir en América (continental). América es para los americanos-. Dicha doctrina, formulada en 1823, no fue aceptada de forma inmediata por los estadounidenses, fue hasta 1845, cuando Polk empleó la declaración para atacar la posición de Inglaterra en relación a Texas, Oregón e incluso California, que aún pertenecía a México.

Para 1853 se invoca la Doctrina Monroe durante la Guerra de Secesión y al año siguiente es utilizada para la oposición estadounidense a la intervención francesa en México. Para finales de la década de 1860, la declaración se convirtió en dogma nacional, Grant amplió su sentido a fin de prohibir la transferencia de territorio europeo en América de un país a otro. Hayes la extendió aún más al sostener que todo canal interoceánico debería estar bajo control exclusivamente estadounidense. Así, la Doctrina Monroe sufrió, para fines del siglo XIX, una supresión de su primer enunciado, dejando sólo el segundo- América es para los americanos (¿norteamericanos?)- aquí, el origen ideológico del expansionismo estadounidense.

III. Los prejuicios de la Política Exterior estadounidense hacia América Latina.

En 1950, George Kennan, uno de los creadores de la política de contención al comunismo, escribió en referencia a América Latina: “Parece difícil concebir que pueda existir otra región sobre la tierra, en la cual la naturaleza y el comportamiento humano se haya combinado, para producir un ambiente más desesperanzador e infeliz para la vida humana que el que se da en América Latina”.

Tiempo atrás, Calvin Coolidge, presidente estadounidense, en 1926 señaló que: “Pareciera que las revoluciones y los desastres naturales constituyen los principales problemas de América Latina”.

Desde entonces y a la fecha, los prejuicios estadounidenses hacia América Latina no se han modificado sustancialmente.

IV. La necesidad de una política exterior pragmática.

Los fundamentos, las doctrinas y principios influyen en las decisiones de política exterior. Sin embargo, ante el fenómeno de la globalización, la política exterior debe ser asumida desde posiciones más pragmáticas. En la actualidad, la política exterior se configura mediante la tensión de tres elementos: el Sistema Internacional, el acontecer nacional y las decisiones gubernamentales.

Así, el Sistema Internacional orientará la discusión y la toma de posición en política exterior hacia grandes temas (terrorismo, migración, narcotráfico, derechos humanos), mientras que el acontecer doméstico vinculará las decisiones hacia el momento histórico que atraviese un país (pobreza, marginación, guerrilla) al tiempo que el liderazgo gubernamental decidirá cómo y a través de qué medios será la proyección más allá de las fronteras de los objetivos nacionales de un país.

De Barack Obama se espera una política exterior más pragmática que dogmática- A la altura de la Historia- . (A.R.O.G.- 10/11/08)

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